"La diaria utilización de mensajes de textos, no hace otra cosa que potenciar la depreciación idiomática, tomándose las comunicaciones más superficiales y cortas".
EDMUNDO JORGE DELGADO - PROFESOR DE HISTORIA
Actualmente un arquetipo posmoderno, en el amplio mundo de las telecomunicaciones, está representado por los teléfonos celulares, invención que ha provocado una suerte de revolución en el campo de las comunicaciones humanas. Hay que decir que estos diminutos aparatos, originariamente fueron concebidos para comunicarse a través de la voz, pero los acelerados avances tecnológicos le fueron incorporando otras funciones, como los llamados "mensaje de texto", modalidad que ha desplazado a otras modernas formas de transmisión, incluyendo los e-mails. Estos consabidos mensajes de textos han generado cambios fundamentales en el universo de los jóvenes y adolescentes.
Donde han provocado más impacto es en el uso del lenguaje y en lo concerniente a los hábitos sociales o de conducta.Convengamos que si actualmente los teóricos de la educación estiman que es la lengua uno de los aspectos donde se percibe la deficiente educación de los jóvenes, esta nueva manera de comunicarse ha actuado en detrimento del lenguaje, originándose un nuevo y original mundo semántico, caracterizado por la utilización de un pobre cúmulo de códigos y signos, todos arbitrarios e informales y sin cánones.
Cotidianamente se advierte que son los adolescentes principalmente, los que utilizan en su lenguaje una serie de modismos idiomáticos o neo-expresiones, que tienden a reducir o abreviar ciertas locuciones, tales como "seño", "profe" o "facu", por nombrar sólo algunas de ellas. Pues bien, la diaria utilización de estos mensajes de textos, no hace otra cosa que potenciar esta depreciación idiomática, tomándose las comunicaciones más superficiales y cortas. Esta usanza diaria restringe una de las funciones primordiales del lenguaje: la de ser un auténtico vehículo de cultura, visto desde la óptica antropológica.Asimismo, la conducta social de los jóvenes se ha visto trastocada. Dicen los especialistas que la utilización de estos nuevos chiches son indicadores de status social, y un modo de pertenecer al cosmos tecnológico actual. Por otra parte, al comunicarse solamente a través de un texto; excluyendo nuestra cálida voz, puede ser más rápido y menos oneroso; pero se perturban notablemente las tradicionales formas de interacción social.